14/10/2013
Fundação Uniapac / Stefano Zamagni
OPINION SERIE No 8
Setiembre 2013
INTRODUCCION
En la fundación Uniapac tenemos el honor de compartir con Uds. la 8ª Serie de Opinión presentada por el Profesor Stefano Zamagni, en nuestro último Think Tank y la reunión del Comité de Honor, que formó la base para discusión provechosa.
En forma clara y de manera edificante, el Profesor Zamagni, analiza los desafíos actuales en la reconfiguración del orden económico global, asi como el importante rol de las organizaciones inspiradas en los principios de la Enseñanza Social de la Iglesia, como Uniapac, en este nuevo escenario y la influencia que pueda jugar en la sociedad.
- La emergencia del orden económico global, viene a representar la característica más importante de nuestra era. La globalización involucra muchas dimensiones, pero es el hecho de que la creación de un mercado financiero global, constituye lo más relevante.
La creciente importancia de la estructura financiera con respecto al lado real de la economía esta planteando una original paradoja. En el momento en que podríamos necesitar mayor regulación, debido a que los mercados financieros son intrínsecamente inestables, tenemos menos, desde que las instituciones financieras internacionales son más débiles, en términos relativos, que los domésticos, o aun no existentes.
Como nos recuerda Charles KIndleberge…”si no existiera autoridad para detener la desinformación que proviene con el pánico, con ventas forzadas de comodities, valores, y otros activos,…la falacia de la composición toma el mando. Cada participante en el mercado, tratando de salvarse a si mismos, ayuda a arruinar todo” (1996:146).
Una importante implicancia de la paradoja arriba descripta, se revela por la reciente crisis financiera, que ha mostrado una naturaleza peculiar, reflejando una característica novedosa de las transacciones de capital internacional.
Aunque el capital y los mercados de bienes, están crecientemente integrados, las decisiones políticas permanecen en gran parte como asunto nacional. La mayoría de autores reclaman la relevancia de las instituciones en el nuevo ambiente financiero global.
La necesidad de introducir una nueva arquitectura financiera global, puede ser vista como un primer paso en la dirección de desregular el sistema monetario internacional.
En realidad, las condiciones bajo las que instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional fueron fundadas, ya no existen. Existen fallas estructurales en el presente sistema, que fuera concebido para el mundo occidental (y no para los países en desarrollo), para asistirlos en los ajustes de desequilibrios de cuenta corriente.
Sin embargo, existen muchas diferentes ideas sobre que instituciones deberían existir, que deberían hacer y cómo. La frecuencia y magnitud de las grandes alteraciones, tales como la crisis financiera internacional que refleja la tremenda asimetría existente entre un sistema financiero internacional, crecientemente inestable y sofisticado, y las instituciones que lo regulan.
El mundo carece de los tipos de instituciones que requiere la globalización financiera. El caso para la provisión de préstamos de emergencia, por la comunidad financiera internacional, eventualmente por el Fundo Monetario Internacional, puede efectuarse con fuertes bases teóricas.
Más generalmente, un mundo en el que las grandes naciones orientan sus políticas macroeconómicas con metas internas (y pueden permitirse hacerlo) y los mercados están integrados generan externalidades para terceros países, especialmente de las pequeñas economías en desarrollo.
Es crucial que las organizaciones económicas internacionales, las instituciones financieras internacionales en particular, jueguen un rol preponderante para internalizar las externalidades positivas y en mitigar aquellas negativas.
- Se debería ya notar en esta etapa una contradicción pragmática. Las propuestas hasta ahora, presentan una nueva arquitectura financiera, asignando a la G-8 un rol principal en la conducción del sistema monetario, que no contempla alguna forma de coordinación política –sin mencionar el comportamiento cooperativo-entre los mismos G-8.
Sin embargo, no se puede negar que las repercusiones internacionales de las políticas domésticas de los países más grandes, son los principales determinantes de la estabilidad financiera.
El incremento de la interdependencia económica, asociada con la globalización, significa que aun las grandes segmentos de población pueden ser influenciadas negativamente por eventos que tienen lugar inclusive en lugares distantes.
Por ejemplo, lado a lado con la bien conocida “depresión hambruna”, la realidad contemporánea ha también experimentado “hambruna tronante” . La expansión del ámbito del mercado –en si mismo fenómeno positivo-significa que la capacidad de un grupo social para ganar acceso a alimentos, depende a menudo en forma esencial de lo que hagan otros grupos sociales.
Por ejemplo, el precio de
commodities primarios, pueden también depender de lo que suceda al precio de otros productos. La nación manifiesta adoptando políticas económicas erróneas, puede socavar la capacidad de ciertos sectores de la población para lograr acceso a alimentos (la hambruna soviética de 1930 y la de Cambodia al final de los 70, son claros ejemplos de esto).
En términos esenciales, se debería reconocer que hoy día los mayores problemas sociales y económicos, son más cuestiones conectadas a estructuras institucionales que a recursos y know how. Las instituciones que están involucradas no son solo instituciones económicas, sino que también instituciones políticas y jurídicas.
Reconocer esto significa incrementar nuestra responsabilidad desde que las instituciones están constituidas por hombres.
Todavía existe una creencia dominante sobre los beneficios de adherirse a ventajas comparativas. Sin embargo, según el modelo de David Ricardo (creador del concepto) el sistema funciona en tanto que no exista movilidad transnacional de capital. Internamente, la búsqueda de capital para los nichos más adecuados que le la ventaja comparativa.
Sin embargo, cuando se garantiza al capital movilidad transnacional, buscara ventajas absolutas en países que les permitan menores salarios, menores impuestos y menos regulación ambiental.
Como lo manifestó John Gray, Londres 1998: “Cuando el capital es móvil (transnacionalmente) buscará ventajas absolutas emigrando a países donde los costos ambientales y sociales de las empresas sean los más bajos y los mayores beneficios.
Tanto en teoría y en la práctica, el efecto de la movilidad global del capital es para invalidar la doctrina Ricardiana de la ventaja comparativa. Sin embargo es en ese fundamento poco solido que el edificio del comercio global desregulado todavía se sostiene”.
- La historia ha demostrado que el nuevo orden internacional, siempre se estableció al final de una guerra de hegemonía. Podemos ver el ejemplo de la Guerra de Treinta Años, las Guerras Napoleónicas, y la Segunda Guerra Mundial Todos estos son eventos que, después de destruir el viejo orden, dejaron detrás tabla rasa, sobre los que los poderes vencedores fueron capaces de inscribir las reglas del nuevo orden,
Tales situaciones no existen hoy día. En primer lugar, no existe acuerdo sobre quien actualmente gano la Guerra Fria (asumiendo que existiera un ganador). En segundo lugar, no existe acuerdo sobre si estamos viviendo en un mundo uni o multipolar. O sobre que países pudieran incluirse entre los grandes poderes hoy día. (¿ debería utilizarse la fuerza militar o el musculo económico como criterio para calificarse como gran potencia?).
Otra gran característica de esta era es el número de agentes que están buscando jugar un rol importante en el proceso de construir los cimientos de un nuevo orden internacional. Uno pudiera decir que los asuntos internacionales se han convertido en tema de “democracia participativa”, que ayuda a explicar el porqué se esta volviendo crecientemente difícil alcanzar rápidos acuerdos.
Bretton Woods y la Runda Uruguay son un caso al punto. Bretton Woods se concluyó en unos pocos meses por solo dos hombres (J.M.Keynes y H.D.White), mientras que la Ronda Uruguay demandó diez años de duras negociaciones entre una docena de grandes partes, adema de 100 gobiernos internacionales como soporte.
Una tercera característica es que típicamente inequívoca de la fase presente en nuestra historia, es el cambio radical que ocurrió en la distribución internacional del poder económico y militar.
Por más de tres siglos el sistema internacional ha estado dominado por poderes occidentales, con el centro de gravedad en el Nor Atlántico. Aun la Guerra Fría fue una guerra entre dos visiones pertenecientes a la misma civilización Europea.
Hoy día, el poder económico, ha cambiado hacia el Pacifico y áreas del Este Asiático que se están volviendo el centro de gravedad de la historia mundial, para mejor o peor.
Esto significa que los poderes asiáticos emergentes, exigirán creciente rol en el diseño de las instituciones internacionales. Pero estos (El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, etc.) están dominados por las ideas e intereses de los poderes occidentales, que no hacen nada por enmendar la situación que se ha vuelto insostenible.
Como siempre ocurre en las relaciones internacionales, donde el poder y la autoridad coinciden, los poderes emergentes insatisfechos con el status quo, están haciendo lo que pueden para cambiar la situación.
Estas consideraciones nos conducen a vastos temas de relaciones culturales en la aldea global. ¿Cómo iremos a distinguir entre interacción cultural e imperialismo cultura?
¿Cómo podemos organizar la diversidad cultural para prevenir la descomposición de las comunicaciones y el desarrollo de comunidades potencialmente cerradas? El desajuste entre procesos de globalización centrípetas y procesos de aislamiento centrifugo, o entre interacciones y fragmentaciones, es ciertamente un peligro y amenaza socavar los destinos comunes de toda la humanidad.
No es suficiente meramente condenar diferentes formas de “fundamentalismo” sin preguntar como esto ha sucedido y sin buscar observar el lado oscuro de nuestro universalismo occidental.
- ¡Que se debe hacer? Existe una variedad de diferentes maneras de reaccionar a los desafíos lanzados por los desafíos del Siglo XXI. Existe una manera que pudiéramos llamar “fundamentalismo lesseferista” que aboga por un plan de transformación tecnológica, impulsada por sistemas autorregulados, con la abdicación de políticas y por sobre todo con la pérdida de visión para la acción colectiva.
No es difícil ver los riesgos de autoritarismo, resultante del déficit democrático, que es inherente a tal enfoque.
Una segunda manera es el enfoque neo-estatista, que postula una fuerte demanda de regulaciones a nivel de gobierno nacional. La idea aquí es revitalizar aunque parcialmente renovada y racionalizada, las áreas de intervención pública en la economía, y en las esferas sociales.
Pero está claro que esto no solo produciría efectos no deseados, pero que podría aun conducir a consecuencias desastrosas, en el caso de países en transición. Para la implementación de nuevas políticas de mercado libre, podría bajo las circunstancias corrientes, dañar el ya bajo nivel de prosperidad de los países en desarrollo.
Finalmente, existe la estrategia de economía de mercado civil. ¿Cuáles son las características distintivas de este enfoque? Yo identificaría cinco de ellas.
a) El cálculo económico es compatible con la diversidad de comportamiento y de acuerdos institucionales. Por ello es necesario defender las variedades menos poderosas, ser dejadas de lado para el propósito de aprendizaje a ser utilizadas en el futuro. Esto significa que el filtro de selección debe estar presente, pero no debería ser sutil, precisamente a fin de hacer posible muchas soluciones que excedan un cierto umbral de eficiencia para sobrevivir.
Por ello el mercado global debe convertirse en lugar donde las variedades locales puedan ser interfertilizadas, lo que significa tener que rechazar la visión determinista, según la cual existe solo una forma de operar en el mercado global.
No se debería olvidar que la globalización inevitablemente equipara todas las variedades institucionales que existen en cada nación. No existe nada sorprendente en esto, porque las reglas del libre comercio están insatisfechas con la variedad cultural y visualizan las diferencias institucionales (por ejemplo, diferentes modelos de bienestar, modelos, sistemas educativos, visión de las familias, la importancia a ser dada a la justicia distributiva, etc.) como serios obstáculos a su propagación.
Este es el porque es esencial permanecer vigilantes a fin de asegurar que el mercado global no constituya una seria amenaza a la democracia económica.
b) La aplicación del principio de la subsidiaridad a nivel transnacional. Esto requiere que las organizaciones de la sociedad civil –UNIAPAC sea una de estas-reconocida y no meramente autorizada por los Estados. Esas organizaciones deberían desarrollar más que meras recomendaciones y función denunciativa; deberían jugar un rol hecho y derecho de monitorear las actividades de las corporaciones transnacionales y las instituciones internacionales.
¿Qué significa esto en la práctica? Las organizaciones de la sociedad civil deberían jugar roles públicos y desarrollar funciones públicas. En particular, estas organizaciones deberían ejercer presión sobre los gobiernos de las grandes naciones, para lograr que suscriban un acuerdo donde sean capaces de frenar drásticamente los beneficios provenientes de los súbitos retiros de capital de países en desarrollo.
c) Los Estados naciones, particularmente aquellos pertenecientes al G8 deben alcanzar un acuerdo para modificar las Constituciones y Estatutos de las organizaciones financieras internacionales, sustituyendo el consenso de Washington. Que fue creado durante los 80 siguiendo la experiencia Latino Americana.
Lo que esto básicamente involucra es redactar reglas que traduzcan la idea que la eficiencia, no solo es creada por la propiedad privada y el libre comercio, sino que también por políticas tales como la competencia, la transparencia, la trasferencia tecnológica, etc.
El sobreendeudamiento y la represión financiera domestica son consecuencias desafortunadas de la aplicación de la visión parcial distorsionada de las cosas del FMI y BM. Debería recordarse que en la economía reprimida financieramente, la presión impulsa una cuña entre los depósitos locales y las tasas de intereses de préstamos, con el resultado de que las corporaciones nacionales, son inducidas artificialmente a prestar del exterior, mientras que el ahorro doméstico es estimulado a depositar fondos en el exterior.
d) Las Instituciones Bretton Woods, la UNDP y otras agencias internacionales deberían ser estimuladas por organizaciones de la sociedad civil para incluir entre sus parámetros de desarrollo humano, indicadores de distribución de riqueza, así como también el cumplimiento de especificaciones locales.
Se deben tomar en consideración estos indicadores, y otorgarles el peso adecuado, tanto cuando se organicen mesas internacionales y cuando se diseñen intervenciones y planes asistenciales.
Se deberían aplicar presiones a fin de ganar aceptación de la idea que el desarrollo debe ser equitativo, democrático y sustentable.
e) Finalmente, crear una rica estructura de experiencias no utilitarias sobre las que basar modelos de consumo, y en términos más generales, estilos de vida que sean capaces de permitir que se afiance la cultura de reciprocidad. A fin de ser creídos, se deben practicar los valores, y no solo manifestados.
Esto hace fundamentalmente importante que aquellos que acuerden seguir el sendero hacia una sociedad civil transnacional, deben comprometerse a crear organizaciones cuyos modus operandi gire alrededor del principio de la reciprocidad.
- El mensaje principal que deseo transmitir es el siguiente. Es ahora bien reconocido el hecho que el sistema de mercado es consistente con muchas culturas, concebidas como pautas manejables de comportamientos, más generalmente como sistemas organizados de valores. A su vez, el tipo y grado de congruencia de los sistemas de mercados con las culturas no esta sin efectos sobre la eficiencia global de los mismos sistemas: en general, el resultado final de la coordinación de mercado variará de cultura a cultura.
Asi, uno debería esperar que una cultura de extremo individualismo producirá diferentes resultados de una cultura de reciprocidad, donde los individuos, aunque motivados también por auto-interés contemplan un sentido de solidaridad.
En la misma manera una cultura de paz y harmonía ciertamente produce resultados diferentes, en el frente económico, de una cultura de competencia posicional. Este es el rol fundamental jugado por el Pensamiento Social Católico.
Pero las culturas no se deben dar por descontadas. Las culturas responden a la inversión de recursos en pauta culturales, y en muchas circunstancias pueden ser socialmente beneficiosas para involucrarse en ingeniería cultural.
En verdad, cuan bueno es el desempeño de un sistema económico depende también en si ciertos conceptos y formas de vida han alcanzado preponderancia. Opuestamente a lo que muchas personas continúan creyendo, los fenómenos económicos tienen dimensión interpersonal principal.
Los comportamientos individuales están embebidos de redes prexistentes de relaciones sociales que no pueden ser pensadas como meras restricciones; antes, constituyen uno de los factores impulsores que dan lugar a metas individuales y motivaciones.
Las aspiraciones de personas están profundamente condicionadas por la sabiduría convencional sobre lo que hace valedera vivir la vida. Un segundo mensaje es llamar la atención a la más sorprendente paradoja que caracteriza la presente fase en las relaciones financiera internacionales: a pesar de la aparente atomización de las economía postindustriales, esta época necesita más y no menos procesos de decisiones colectivas; más y no menos esfuerzos cooperativos.
En verdad, como la nueva política económica ha demostrado convincentemente, que en la base de cada fracaso de mercado encontramos la incapacidad del mercado para producir resultados cooperativos, que a su vez son efecto de la presencia dentro del sistema económico de significativa y sólida red de confianza.
En un bien conocido ensayo, Arrow (1972) escribe: “uno puede sostener convincentemente que la mayoría de retrasos en el mundo se puede explicar por la ausencia de confianza mutua”. El razonamiento subyacente a esta propuesta es simplemente que el desarrollo exige alto nivel de cooperación, y lo último a su vez implica profundos lazos de confianza entre los agentes económicos.
La fuerte relación entre la confianza y las oportunidades de desarrollo han sido establecidas también a nivel empírico. Suficiente aquí con mencionar la precisa investigación de Robert Putnam, asi como el importante trabajo de Partha Dasgupta, y las conclusiones alcanzadas por el Mando Mundial, sobre la relación entre el grado de confianza en las relaciones personales y las inversiones privadas.
Como se esperaba, estos autores encuentran que la mayoría de las naciones, con niveles de confianza sobre el promedio también presentan altos niveles de inversión. Uno puede decir con seguridad que el mercado es una institución respaldada esencialmente por la confianza, que significa que la confianza debe ya existir antes de que la economía de mercado pueda comenzar a funcionar.
En todas las sociedades una red informal evoluciona a estructurar relaciones interpersonales. La estructura de este marco laboral esta esencialmente constituido por relaciones de confianza, que en un sentido suministra una clase de lenguaje común para decodificar e interpretar informaciones para los agentes.
Si es así, se necesita presentar las siguientes preguntas: ¿Qué condiciones deberían lograrse para que un sistema económico genere y mejore relaciones de confianza? Es el caso de que la sociedad civil es el privilegiado lugar donde se alimentan las inclinaciones de confianza; no tanto el mismo mercado que es un “consumidor de confianza” y no de “productor de confianza”.
Por cierto, los dos elementos fundamentales de confianza-reconocimiento mutuo de identidades y compromiso de no engañar o traicionar, aun cuando fuera factible sin costo-no puede ser generado vía mecanismo de reputación desde que debe ser ofrecido inicialmente como “obsequio gratis” por los agentes involucrados cuando comienza el proceso de mercado.
Si esto no fuera así, las personas nunca entrarían en acuerdos que no sean totalmente impuestos. Pudiera ser interesante informar el siguiente pasaje de una entrevista a Peter Drucker: “por sobre todo, estamos aprendiendo muy rápido que la creencia que el mercado libre es todo lo que demanda tener una sociedad en funcionamiento-o aun una economía funcionando-es pura ilusión.
A menos que primero funcione la sociedad civil, el mercado puede producir resultados económicos por breve periodo de tiempo-pudieran ser tres o cinco años. Para algo más de estos cinco años una sociedad civil funcionando-basada en organizaciones como Iglesias, universidades independientes, cooperativas agrícolas-son necesarias para que el mercado funcione, en su rol económico, sin hablar de su rol social” (Ottawa Citizen, Diciembre 31 de 1996)
Este es el porque es conceptualmente engañoso y prácticamente improductivo reducir la confianza (que es un relación entre agentes) a la reputación (que es un activo) desde que prevendría la investigación económica, de cuestionarse sobre la estrategia a seguir a fin de alcanzar el umbral crítico, de confianza generalizada y como un elemento estimulante de la reputación.
La naturaleza especifica de la “tragedia” de economías en transición –pensar en el caso de Rusia por todos-radica en la siguiente inquietante paradoja: a pesar del hecho que es por el interés de todos, que la transición a una sociedad de tipo-mercado sea obtenida, la matriz cultural predominante en la sociedad y la naturaleza de la dinámica social, de comportamientos individuales pudiera se tal, que existen múltiples equilibrios que pueden llevar a la economía en muchas direcciones, incluyendo a la declinación.
No existe dudas que el hecho que la economía moderna pertinazmente continua olvidando a la aceptabilidad social (a saber, la dimensión de justicia) de resultados de mercados soporta cierta responsabilidad en la generación de aquellos resultados perversos que observamos en muchas naciones.
<No deseo ocultar las dificultades acechando a la implementación practica de un proyecto cultural apuntado nada menos que al “cambio paradigmático del pensamiento económico.
Como todos los proyectos humanos, seria iluso imaginar que ciertos cambios no crean conflictos. Las diferencias de visión y de intereses en juego son enormes. No es accidental que una clase de angustia difundida sobre el futuro, está atravesando a la sociedad actual.
Algunas personas y ciertos grupos de presión están explotando esta angustia como instrumento político, derivado de ello, dependiente de las circunstancias, sea por mercado maquiavélicamente centrado, o Estado centrado maquiavélicamente.
Es precisamente contra esta cultura neomaquiavelica, que todos aquellos-como emprendedores cristianos y directivos-que creen en los principios de la Enseñanza Social de la Iglesia, tienen que batallar hoy día.